Joker, la nueva película de Todd Phillips, ha creado polémica. Algunos dicen que glorifica la violencia, lo cual no puedo negar pues quizá pueda hacerlo, pero para mí esa crítica evade un punto muy importante. Yo creo que es principalmente una película introspectiva y reflexiva, que invita constantemente a vernos reflejados en ella.
Se han hecho varios análisis cinematográficos, lingüísticos y psicológicos. Pero acá haré unos comentarios desde mi punto de vista de comunicador y comediante.
El personaje Arthur Fleck (el lado humano del Joker) es un fracasado. Quiere ser comediante, pero se gana la vida siendo un payaso que da risa sin hacer reír. Es decir, es un patético hazmerreír, al punto de que dice una frase importante cuando se atreve a hacer su primer stand-up comedy: “cuando les dije que quería ser comediante se rieron de mí, ahora no se están riendo”. Cita tomada del comediante británico Bob Monkhouse, pero que resume bien el meme: ¡mirá de quién te burlaste vos!
Ser involuntariamente cómico es la tragedia del comediante, por eso es una película tragicómica, como dice Isabella García-Ramos en su análisis. El Joker es como un cocinero cuya comida asquerosa es popular solo porque la gente la come para saber qué se siente probar la asquerosidad. Para agregar otra capa de ironía, el problema de salud mental de Arthur Fleck es reírse involuntariamente, de una forma que parece risa y a la vez llanto, conocido como síndrome pseudobulbar o labilidal emocional.
Terry Eagleton en su pequeño libro “Humour” habla de esta similitud gestual entre la risa y el llanto. Comenta que, “reír y llorar no siempre son fáciles de distinguir. Charles Darwin apuntaba en su estudio sobre las emociones que la risa puede ser fácilmente confundida con dolor, y que ambos estados podrían envolver copiosas inundaciones de lágrimas. De hecho, en “The Naked Ape”, el antropólogo Desmond Morris asegura que la risa evolucionó del llanto”.
¿Qué significa esa risa-llanto descontrolada de Arthur que está catalogada como una enfermedad mental? Eagleton asegura que la risa carece de sentido intrínseco, pero a pesar de eso está “cargada de significado cultural”.
Sostiene que: “Como con el duelo, el dolor severo, el miedo extremo o la ira ciega, la verdadera risa estruendosa envuelve una pérdida física del autocontrol, mientras el cuerpo momentáneamente se sale de las manos y regresamos al estado descoordinado del infante” y de hecho asegura que esa es una de las razones por la cual el exceso de risa ha sido frecuentemente censurado como políticamente peligroso.
En el caso de Arthur, parece que es así. No solamente su risa-llanto es censurada por la sociedad, sino medicada. El hecho de que Arthur tenga un padre ausente y una madre que lo mima y manipula, lo hace ser como un niño, que al abandonarse a lo público se siente desamparado y burlado por los demás. La risa-llanto descontrolada es por lo tanto un perfecto síntoma de la enfermedad del adulto fracasado no asumido.
Se puede culpar a la sociedad por no encargarse de las enfermedades de Arthur y su madre a tiempo, y por lo tanto, de convertir a nuestro protagonista en el monstruoso Guasón. Pero en general, la película nos habla de la vida privada y de cómo la asumimos. Viendo Joker, volveremos a nuestras vidas, a nuestros fracasos —asumidos o no— y posiblemente nos llevemos una reflexión.
Si estamos abandonados como niños frágiles a este temeroso mundo, pues la risa-llanto descontrolada de Arthur nos puede mostrar el camino a la verdadera risa, y mostrarnos el secreto del humor. Según Freud, el secreto es ver hasta lo terrible como un juego: “¡mira, ahí está el mundo que te parecía tan peligroso, no es más que un juego de niños, bueno apenas para tomarlo en broma!”.
Reír de sí mismo es la prueba de que se tiene sentido del humor. La imposibilidad de Arthur de reír de sí mismo cuando los demás se ríen de él, quizá sea la causa de su tragedia, que puede ser causada por su problema de salud mental. Pero no descarto que pueda ser consecuencia de la falta de amor y seguridad por parte de sus padres. Freud asegura que el humor hace que el yo adquiera superioridad o dignidad ante los sufrimientos de la vida; que es una forma de tomar valor ante ellos y demostrarse a sí mismo que todavía se puede encontrar algo de placer en un mundo trágico.
Así que les sugiero darse el placer de reír y llorar con la vida tragicómica de Arthur Fleck.
Esta entrada tiene 3 comentarios
Excelente Ricardo, muy buena lectura gracias
Muy bueno tu análisis, además sin “spoilers”
Te cuento que recordé mucho la frase del 4F en la tarde: Muerte a los golpistas!, que dio pie a toda la desgracia que aún arrastramos.
El candidato habla con desprecio del payaso y origina un fenómeno de masas totalmente opuesto a su intención…
Muy buen análisis. Gracias por compartirlo